viernes, 4 de julio de 2008

Inmigrantes

Bueno, y ya que hablamos de las políticas de países avanzados...
... debemos recordar que nosotros, los sudacas, tenemos que pensarlo muy bien antes de viajar a Europa.
¡Ah!
Y es que nosotros, los sudacas, los moros, los pobres, somos muy distintos de los europeos. Somos subhumanos. Morenos, sucios, siempre guerreando entre nosotros, llenos de dictaduras militares, pobres refugiados, que buscamos en otros países el bienestar y la paz que, como subhumanos que somos, fuimos incapaces de generar en los nuestros. Son nuestros genes inferiores, subhumanos.
Los europeos, en cambio, son humanos de verdad. En sus países no hubo dictaduras militares, o las hubo en fechas muy remotas (Franco en España, el Estado Novo en Portugal, Wojciech Jaruzelski en Polonia). En sus países no hubo guerras fratricidas sin sentido (Segunda Guerra Mundial, Guerra de Bosnia); ellos no necesitaron ayuda económica norteamericana (Plan Marshall); no tienen gobernantes de opereta (Berlusconi), ni guerrillas (ETA).
Los europeos se olvidaron. Se olvidaron de cuando los refugiados eran ellos, y los acogimos con los brazos abiertos. Olvidaron el Winnipeg, el barco en el que Pablo Neruda, por orden del gobierno chileno, trajo a todos los refugiados de la Guerra Civil Española (perdón, ¿dije ya que los europeos no tienen luchas fratricidas? ) que cabían en él; olvidaron a los judíos que huyeron de Europa y que nadie quería, a los que hubo que crear un país; olvidaron a los refugiados serbios, croatas, rumanos que llegaron a Chile y al resto de Sudamérica huyendo de Europa, que no los quería.
Ahora los europeos son ricos. Son humanos de verdad. No quieren saber de nosotros, los subhumanos.

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