viernes, 9 de mayo de 2008

Anonimato (1)

Yo soy un paranoico. Pero que lo sea no significa que no me persigan.
Y te persiguen a ti también.
Muchas gente quiere saberlo todo de ti. Puede que no de ti en particular, al menos no en este momento, pero sí de ti como consumidor; cuánto ganas, qué compras, qué programas de televisión ves, qué lees, si prefieres el té o el café al desayuno, dónde vives, cuál es tu teléfono.
Tú, y yo, le hemos dado esa información a montones de personas. Cuando sacamos nuestra primera tarjeta débito le dijimos al banco cuánto ganamos y cuánto compramos. Cuando sacamos la de crédito, le dijimos exactamente qué compramos por encima de un monto determinado. Luego, sacamos una tarjeta de descuento o de puntos en un supermercado, y le dijimos qué compramos en detalle: cuál es nuestra marca de arroz favorita, cuánto gastamos en alcohol, etc. Naturalmente, cuando la sacamos también le dijimos al supermercado dónde vivimos, nuestro teléfono y nuestro ingreso mensual.
Y es que para eso son las tarjetas de descuento (o de puntos) de los supermercados: para saberlo todo de ti y de mí.

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